La Audiencia provincial de Gipúzkoa ha impuesto una pena de diez años y siete meses de prisión a un hombre por matar de un disparo a un ciudadano colombiano que accedió al caserío de Eibar en el que residía el agresor para robar la marihuana plantada en la finca.
La sentencia impide también al acusado acercarse y comunicarse con los hijos del fallecido durante quince años y le obliga a compensarles con 76.640 euros.
El caso fue juzgado en junio por un tribunal de jurado que encontró al procesado culpable de un delito de homicidio y de otro de tenencia ilícita de armas y exculpó a tres amigos del homicida procesados por un delito de encubrimiento que les atribuían la Fiscalía y la acusación particular que ejercía la compañera del fallecido.